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Buscando un rumbo es aquello que muchos hacemos al llegar a una meta, trabajaste duro e invertiste tanto tiempo en alcanzarla y después viene la pregunta: ¿Y ahora qué?

Creo que la respuesta, al menos en mi caso,  ha sido un proceso de rencontrarme a mi misma. Es muy difícil en un mundo tan cambiante, tan llenos de altos y bajos, en mundo que corre y muchas veces nos deja detrás saber que camino vamos a tomar. Tal vez muchos de ustedes, como yo, han estado en un limbo emocional y profesional, viendo pasar la vida y sin saber hacia donde vamos.

La idea con mi entrada de hoy es contarles de mi camino, ese que tomé al decidir hacer un doctorado y que culminó con altibajos y dejándome en una situación compleja. Un camino que estuvo lleno de grandes alegrías pero que también trajo muchas frustaciones, tristezas, decepciones y que me ayudó a forjarme como una mejor persona, a conocer mis capacidades y mis habilidades, que me mostró mis demonios y mis debilidades pero que también me supo mostrar mis mayores cualidades.

Como parte de ese rumbo que escojí años atrás sacrifiqué un amor de muchos años, no por falta de intentarlo, ni por falta ideales de pareja, sino porque una vez tomada la decisión empieza un cambio interior, la distancia en una relación te muestra las fortalezas y las debilidades y muchas veces, con una tristeza enorme, debemos dejar ir al otro para que los sueños de ambos no sean frustados. Esa persona que te apoyó durante tantos años, que estuvo allí en los mejores y peores momentos, que fue tu impulso y apoyo emocional, desaparece y allí, cuestionas todo, cuestionas si vale la pena todo ese esfuerzo.

El estar sólo, lejos de casa, sin tu familia para apoyarte en eso momentos difíciles y el preguntar internamente ¿qué falló? te hace ver la vida de otra manera. Pero ese proceso interno también te llena de aprendizajes que resumó así:

Lo primero que aprendí fui a quererme a mi misma, por encima de todo, a poner mis proyectos y sueños en primer lugar. Pensando en eso recuperé el valor tan importante que tiene la familia y los amigos verdaderos. En nuestro afán de las relaciones amorosas dejamos a las personas más importantes de lado y así, cuando todo se derrumba, esas relaciones con tu familia y amigos florecen y te recuerdan el valor de una amistad sincera, honesta y desinteresada.

Lo segundo fue a tener la entereza para sacar los años más difíciles del doctorado adelante, exámenes de calificación y propuesta de doctorado, que eran la parte central de mi sueño, fueron el combustible que me llevo a sobreponer mis sentimientos y a impulsar mi pasión adelante. Como lo mencioné antes en mi entrada de encontrar ese balance entre tu vida y el estudio.

Como encontrar el balance entre el estudio y tu vida en el doctorado

Lo tercero, es que nadie sabe por lo que alguien pasa emocionalmente. Hay momentos donde quieres la soledad e incluso, la disfrutas muchísimo. Dejar de lado la presión social para vivir tu vida es de las experiencias más liberadoras que he tenido. Tu vida es tuya y tu eres quién decide como vivirla.

Cuando tu estás bien adentro, tranquilo con tus decisiones la vida te trae oportunidades, personas y nuevos amores que te llenan el alma. En ese proceso de buscar mi rumbo encontré una gran pasión, el tango, como ya lo había mencionado antes. Lo que no había mencionado es que el tango salvó mi vida, en él encontré una manera de dejar de lado el estrés de mi doctorado, las tristezas y decepciones del día a día, la soledad y los momentos amargos. En el tango encontré una familia que me ayudó a salir adelante, que confió en mis habilidades para dirigir, para liderar proyectos, que me dio el coraje y valor para seguir adelante cuando yo no tenía más fuerzas, que cuido de mi cuando estuve enferma o sin techo donde vivir o algo para comer, que me dieron los abrazos más sinceros que he recibido en mi vida.

El tango y yo

Y es que definitivamente, cuando haces parte de algo más allá de ti, tus mejores cualidades salen a la luz. Sentir esa confianza y ese amor, te hacen querer dar lo mejor de ti para no decepcionar, para no desfallecer en tu misión. Finalmente, lo hicé, termine mi doctorado con unos momentos absolutamente imposibles. Aprobé mi defensa pero un jurado difícil hizó que tuviera que retrasar la celebración un par de meses para corregir la tesis. No es fácil corregir tus propios errores, no es fácil leer y ver los errores que de a poco, opacaron el resultado final de años de investigación. Sin embargo, este periodo de corrección fue en el que más aprendí de mi misma, de mis procesos mentales, de lo mucho que sabía y que tristemente, no supe mostrar en mi defender. Al final, logré terminar mi trabajo y puedo decir con certeza, que me sentí muy orgullosa de eso.

La celebración de ese logro aún se me escapa, a pesar de tener la ceremonia y un viaje con mi familia, hoy en día no he podido celebrar en mi corazón y no porque no sepa lo importante que fue, sino porque aún no he asimilado todo ese proceso, fueron cinco años y medio de mi vida y llevo meses haciendo balances de mi, de mi vida, de mis sentimientos, de los momentos vívidos, de los amigos y amores encontrados, pero también deseando tener un futuro seguro.

Hoy, después de meses de descanso, de incertidumbre, de búsqueda de empleo, de justificar mi razón en este mundo, logré encontrarme a mi misma y por una razón muy absurda, pero interesante, el rechazo! Como lo oyen, me han rechazdo en un sinfin de ofertas de trabajo en Estados Unidos, en Colombia, en todas partes, incluso bailando tango aquí de regreso en Medellín. He tenido momentos dificiles al saber que mi imagen de mi misma estaba tan deteriorada, que mi salud desmejoró bastante y que estaba en un ciclo de tristeza y negatividad.

Pero la vida cambia en un parpadeo, el sólo reunirte con un amigo para pedir un favor y terminar metida en desarrolló de ideas y proyectos, el ser escuchada y respetada, el hecho de saber que soy Doctora… Si, por fin caí en cuenta del peso que esa palabra tiene, no por el título, sino por el proceso que me llevó allí, yo luché por conseguir mis becas y mis oportunidades, luché por convencer a mi director de hacer el tipo de investigación que quería, me pagué los cursos que requerí, estudié y trabajé incansablemente hasta lograrlo.

  • principio del rumbo
    Recién llegadita

Hoy me encuentró aquí, en una nueva etapa, haciendo investigación que me gusta, enseñando a nuevas mentes todos aquellos aprendizajes que obtuve, compartiendo mi experiencia y generando nuevas ideas, trabajando de a poquito por construir un mundo mejor. Porque estoy convencida que lo que este mundo necesita son seres humanos que construyan con amor, que trabajen con pasión y que nunca olviden que sólo se necesita un alma buena y muchos deseos de ayudar para impactar la vida de alguien.

Hoy, después de una búsqueda que tardó meses estoy convencida de quien soy y de lo que puedo hacer…Finalmente,  hoy encontré mi rumbo!


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