Hacer un doctorado no es una tarea fácil y no hay nadie que te diga como son las cosas en realidad. Uno de los principales problemas siempre es el tema del tiempo. La mayoría de los doctorados aquí en Estados Unidos están estructurados para durar cinco años y cada año tiene sus etapas en las cuáles te sientes tan pero tan presionado, que no sabes como vas a sobrevivir.
Mucha gente termina renunciando o incluso salen del programa porque no son capaces de soportar la presión que conlleva. Para aquellos lectores que aún no conocen bien las idas y venidas del doctorado voy a dar una sencilla explicación de como esta estructurado. Lo primero que deben saber, es que se tienen unas materias base, que son mucho más complejas y requieren mayor atención que las materias en un pregrado.
Luego de la etapa de materias, viene la etapa de especialización e investigación en las cuáles, tomas más materias para entender y afrontar tus problemas de investigación, aprender las técnicas necesarias para resolverlo y también como parte de tu entrenamiento. Finalmente, viene la etapa de proponer y defender tu investigación. Iniciando con una propuesta que se presenta a un comité y para terminar con la presentación final de tus resultados.
Como ven a grandes rasgos, es bastante el tiempo que se invierte en cada etapa, y aunque hay unas más difíciles que otras, cada una tiene sus estragos. Aquí voy a desglosar algunos consejitos que funcionaron para mi en su momento.
Primer año de doctorado
El primer año, debes tomar estas materias base, normalmente cuatro y luego, presentar unos exámenes de calificación del doctorado. Estos exámenes, varían entre carreras, pero la idea general es que te evalúan con respecto a estas carreras base. Lo más difícil de esta etapa es acomodarse a volver a estudiar, a leer libros, artículos y a hacer tareas. Las materias de doctorado requieren bastante dedicación y la ventaja, es que este primer año no tienes tanta carga de investigación entonces se puede conseguir un buen balance. Aquí les dejo un plan para el primer año:
Comidas: Es difícil con tanta carga académica poder cocinar todos los días, hacer tareas, organizar tu casa, lavar la ropa y tener una casa limpia. Cocina el fin de semana para varios días. Puedes preparar arroz y mantenerlo en el congelador en bolsitas para cada día. Para acompañar, puedes preparar dos carnes, pollo, pescado o carne y lo mismo, guárdalo en bolsas ziploc y la vas sacando por días. De esta manera, tienes almuerzos para toda la semana. Puedes acompañar con una ensalada o papás. En cuanto a desayunos, yo soy muy simple cereal con leche y banano y lo alterno con café y un sándwich. La cena es a gusto de cada quien pero una ensalada o sándwich puede funcionar. Este paso aplica a todo tu doctorado, aunque se puede relajar en la época de verano donde sólo hay investigación.
Vida social: entre materias e investigación ya es bastante el tiempo que consumes, pero el primer año es en el que tienes mayor tiempo de conocer gente y hacer cosas, luego se va a poner casi imposible. Mi recomendación, tomate al menos un día de descanso y para hacer cosas por ti. Si te gusta ir al cine, a un bar, de paseo, recuerda que tu mente necesita descansar y es importante darnos ese espacio para hacerlo. Además, construir un grupo de apoyo es parte vital para sobrevivir un doctorado y vivir afuera.
Época de exámenes de calificación
Esta es una etapa dura, mi recomendación es comenzar a estudiar tres o cuatro meses antes y preguntar por los exámenes anteriores; estos te preparan para el tipo de preguntas y te ayudan en la planeación de tu estudio. Durante esta época lo mejor es preparar tus comidas como siempre y dejar un poco de lado la vida social, tal vez una cena o algo relajado, pero esta es tu primera prueba en el doctorado y no quieres echarla a perder. Los quehaceres de casa pueden esperar, siempre y cuando no dejes salir de control tu ropa sucia y los platos para lavar.
Segundo año de doctorado en adelante
Yo soy una persona que le gusta hacer bastantes cosas al tiempo y después del primer año las clases son menos, la investigación más así que las cosas se van poniendo más complicadas y si a eso le sumas las conferencias, los artículos para escribir, etc., te vuelves un ocho. Lo que he aprendido en estos años es que no puedes dejar de lado tu salud mental y emocional. Hacer investigación es difícil, hay días en que nada funciona y te encuentras muchos caminos sin salida. Así que mis sugerencias generales son:
Finalmente, no hay una fórmula secreta, cada quien encuentra su propio ritmo. Hay etapas donde cocinar se vuelve imposible y tienes que comer afuera, pero hay etapas donde vale la pena hacer el esfuerzo de cocinar y sentirse tranquilo por comer algo saludable y preparado por ti. Me despido en esta frase:
No importa lo buenos que seamos planeando, la presión nunca se va a ir. Así que no lucho contra ella. Me motivo con esta a hacerlo de la mejor forma posible. Benjamín Carson
Y tú, ¿Cómo has enfrentado el balance entre el estudio y tu vida?
¿Haz tenido situaciones donde no puedes con ambos?
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