Alejandro Palacio, Director Creativo y fundador de DESOBRA; nos cuenta un poco acerca de su marca y lo que la diferencia de las demás!
En conjunto, las palabras ¨de¨ y ¨sobra¨ expresan dos significados aparte que describen perfectamente nuestro propósito y nuestro hacer. Cuando se cuenta con abundante cantidad de algún recurso (objetos descartados, ideas y creatividad en nuestro caso) puede decirse que se tiene de sobra de esto o aquello. Y por otro lado, la expresión también se usa para referirse a algo que proviene un elemento descartado o de algo que sobra.
Taller & Tienda que encuentra, mezcla y trae de vuelta objetos de otras épocas y contextos para quienes se atreven a reubicarlos aquí y ahora.
Ambos significados en nuestro idioma, describen perfectamente lo que desde el 2008 empezó como un proyecto académico de Diseño Industrial.
Más adelante, la idea fue seleccionada para participar en el Youth Encounter on Sustainability YES (Encuentro Juvenil por la Sostenibilidad) un curso derivado del programa del Instituto Tecnológico de Zürich Suiza (ETH por sus siglas en alemán), que se llevó a cabo en Armenia Colombia en el 2010.
Finalmente, luego de un receso, la iniciativa se formalizó como negocio luego de que la marca fuera reconocida como idea sostenible ganadora del concurso Capital Semilla organizado por la alcaldía de Medellín en el año 2014.
Con los recursos del premio, Desobra empezó a conseguir materiales y herramientas necesarias para tener así su propio taller, y empezar a vender sus productos a través de redes sociales en Medellín y otras ciudades principales de Colombia.
El proceso de diseño en Desobra es desde entonces experimental y orgánico. En ocasiones puede tener por punto de partida las formas de objetos y cosas descartadas, otras veces en cambio, el producto empieza con una idea inicial, que luego implica salir del taller a buscar inspiración, materiales o formas en la calle, el Internet, la chatarrería o la basura misma.
La intervención de los objetos no suele ser siempre la misma. Algunos son recuperados y conservan su uso original. Otros en cambio cambian de contexto, uso, forma o propósito.
Ha habido procesos en los cuales incluso herramientas del taller son agregadas como componentes al producto final.
Pasando ahora a la perspectiva del cliente, el hecho de tener la posibilidad de comprar un objeto cuidadosamente seleccionado y elaborado uno a uno manualmente con especial cuidado y cariño, qué bien puede ser único o de una cantidad limitada de unidades, lo hace interesante y atractivo, como también es un producto ambientalmente sostenible en esencia, pues su ciclo de vida se restablece o incrementa considerablemente. Por todo esto, un producto Desobra es una especie de tesoro y cápsula de tiempo llena de secretos e historias qué contar.
Su impacto estético poco común lo hacen destacarse, despertar curiosidad, generar preguntas o ser tema de conversaciones; algo que el producto promedio producido en masa jamás conseguiría.
Por definición, suprareciclaje significa que las cosas evolucionan en uso y apariencia. En algunos casos, objetos o materiales nuevos son agregados, mezclados o asignados a un nuevo propósito diferente del original. Pero lo que es siempre una constante, es que en todos los casos habrán ideas y objetos recuperados como parte del proceso de todo producto.
Desobra significa en igual medida, tanto la infinita capacidad de imaginar y ver con otros ojos las cosas, como también la idea de aprovechar nuevamente objetos descartados o sobrantes, manteniendo y usando nuevamente no sólo su material sino su forma e historia, pues de lo contrario, costarían energía, transporte, agua, mano de obra y tiempo… y todo esto, cuando contaran con la suerte de ser reciclados.
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